El proyecto del CEIP da Cruz de Nigrán es «hermano» del del CEIP Carlos Casares; ambos se desarrollan en paralelo con el mismo objetivo de incorporar al patio un trozo de bosque.
En este caso el centro presenta la particularidad de encontrarse ya inmerso en un monte; el espacio a ocupar ya cuenta con arbolado autóctono de porte considerable.
La dificultad radica en la marcada topografía que imposibilita un aprovechamiento directo del espacio, sobre todo para los más pequeños.
El proyecto define unos movimientos de terreno para crear recorridos transitables que permitan recorrer el espacio y, sobre todo, conectarse a la plataforma inferior del patio.
Esta conexión se realiza a través de una pequeña construcción de madera que de manera segura permite «abrir una puerta al bosque» para generar paseos llenos de elementos y microespacios sugerentes.