Amare Berri-Urbieta Ikastetxea pertenece a una red de escuelas que cuenta, desde mediados de los 70, con un modelo pedagógicos propio basado en la autonomía de los txikis. Además, el edificio de la escuela es histórico y está catalogado por sus valores patrimoniales. Este es, sin duda, un caso particular.
El objetivo de este proyecto se centra en uno de los patios del centro y su desarrollo parte de un estudio previo realizado por Irati Andoño como parte de su postgrado en diseño de espacios de aprendizaje de la Universidad Autónoma de Barcelona.
El trabajo con profes y txikis se complementa con las sesiones realizadas en 2023 a través del programa BERdeaPIZTU coordinado por Sistema Lupo e impulsado por la sección de Parques y Jardines de Donostia y el proyecto se ejecutará gracias a la colaboración del Servicio de Infraestructuras del Ayto de Donostia y a las ayudas del programa de patios inclusivos del Gobierno Vasco.
Los análisis y registros de este patio sombrío, encerrado entre
las edificaciones de su propia manzana, arrojan la primera pista sobre su
transformación.
Los reflejos generados por las ventanas en el suelo del patio serán el desencadenante de una serie de estrategias encaminadas a la obtención de iluminación natural en el patio.
La conexión con el aula que en la actualidad sirve de sala de siestas y reposo y la integración del aseo en un proyecto común así como el trabajo con la gran pared del conservatorio de música serán todos ello elementos a considerar en el nuevo patio.
Jugando con la medianera del conservatorio se creará una pared musical, abriendo además la colaboración en el proyecto de Jorge Pacheco, profesor de percusión que nos aporta las claves para el diseño y ejecución de los elementos musicales.
A esto se suma el proyecto impulsado desde las AMPAS para crear un semillero intercultural en el aula.
Tenemos todo un equipazo que pretende cambiar el patio en clave natural y musical…Próximamente en obras !
Nos encontramos con un patio de dimensiones bastante reducidas respecto a la media, con valores históricos, pero con un pavimento absolutamente duro y un problema serio: la luz del sol pasa de largo la mayoría del tiempo, a causa de la combinación entre orientación y altura de las edificaciones colindantes.
Como siempre, lo primero es empezar a razonar con las manos. Para esto, aunque trabajemos aun en una escala muy pequeña, la maqueta nos catapulta en la tercera dimensión. Empezamos a intervenir en el espacio.
Lo siguiente será darse cuenta de que, aunque no podemos dominar el sol, podemos inventar caminos creativos que resulten lo bastante atractivos para que alguno de sus valiosos rayos no se pueda resistir y se desvíe para bañar nuestros espacios de juego.
La traducción al proyecto técnico de todo el camino pedagógico no determina su cierre. Todo lo contrario, aunque el proyecto técnico lo tiene que definir todo para responder a los estándares normativos y de calidad y para describir las buenas prácticas constructivas, el proceso participativo sigue adelante.
desde el estudio de como combinar los distintos espacios de juego y sus elementos, las diferentes texturas y pavimentos, a como aplicar los descubrimientos hechos en fase de análisis, a como definir la jardinería a partir de los estudios botánicos y último, pero no menos importante, como planificar el mantenimiento…tanto en el proyecto de ejecución como luego en la obra, arquitectura y pedagogía siguen dialogando para encontrar soluciones.
En la obra la comunidad educativa sigue siendo protagonista. Los imprevistos que surgen en una obra de este tipo no son solo las de naturaleza técnica y no se resuelven solo entre la dirección facultativa y el contratista, sino que el claustro tiene que participar activamente, especialmente con su capacidad de previsión respecto al uso que la infancia hará de cada elemento, de cada rincón.
Además los niños y las niñas tienen que renunciar a su espacio de juego por un tiempo, en este caso particular, sin casi espacios de juego alternativos, lo que es obviamente causa de adaptaciones complicadas, tensiones, frustraciones, pero también participación intensa en las expectativas de los resultados.
La entrega de la obra, la homologación de los elementos, la puesta en marcha del nuevo espacio, tampoco marcan el final del proceso sino el comienzo de otro. En este espacio tan concentrado y enriquecido, la activación a través del juego infantil resulta ser un test continuo que ofrece infinitas posibilidades de observación para el profesorado.
En este patio las áreas de juego libre, las áreas ajardinadas, las de huerta y las propuestas de juegos más estructuradas tipo paredes activas los juegos de agua y, sobre todo en este caso específico, los juegos musicales, conviven y se solapan en un mismo espacio reducido.
Este aspecto específico, que ha requerido un proyecto técnico con desafíos sin duda complejos a la hora de garantizar tanto la funcionalidad como la seguridad, resulta en un espacio extremadamente enriquecido en el que muchas dinámicas distintas acontecen a la vez y en espacios visivamente conectados entre sí.
Sin duda un espacio privilegiado para la observación interaccional en el seguimiento del proceso.
Año: 2023
Centro: Amara Berri – Urbieta Ikastetxea
Ubicación: calle Urbieta 38 AC, 20006 Donostia, Gipuzkoa
Promotor: Ayuntamiento de Donostia – Parques y jardines
Colaboraciones: Jorge Pacheco – Conservatorio de Donostia, Irati Andoño – Universidad Autónoma de Barcelona
Ejecución obras: KimuBat
Fotografías: Sistema Lupo y María Azkarate