Siguiendo con el trabajo del proyecto #EIRÓN y para conseguir tener una visión lo más global posible se promovió una sesión en la que nos visitaran algunos miembros de la Asociación de Vecinos de la Ciudad Vieja para que nos contaran como era la ciudad cuando ellos eran niños.
La sesión fue de lo más entretenida y divertida pues nos contaron cosas como que jugaban al escondite por toda la ciudad incluso entrando en las casas de los vecinos, que jugaban al fútbol en la plaza de Azcárraga o que no había apenas coches. Una de las conclusiones de la charla fue que nunca existió un parque de juegos como tal en la ciudad vieja ya que los niños se movían libremente por todo el barrio gracias a la ausencia de peligros y a que se conocían todos los vecinos entre ellos.
Casualmente se encontraba también por la Fundación el pintor Correa Corredoira, pues en esos días había una exposición con obras suyas, y se incorporó a la charla contándonos sus anécdotas de niño y de cómo hacían él y sus amigos para conseguir entrar gratis al circo.
Durante todo este tiempo los participantes no dejaban de hacerles preguntas de todo tipo mientras de fondo se iban proyectando imágenes antiguas de la ciudad vieja que también daban lugar a generar nuevas anécdotas y recuerdos.
La sesión finalizó cuando una de las vecinas, Rosa Guitián, nos propuso jugar en la patio de la Fundación a uno de sus juegos favoritos de niña, el pañuelo. Gracias a esta dinámica empezaron a surgir otros juegos como el escondite o el pilla-pilla y automáticamente los niños se organizaban perfectamente entre ellos sin ayuda de adultos y sin tener en cuenta sexo o edad, una maravilla.